viernes, 17 de abril de 2015

Las plantas de biodiésel exigen la asignación definitiva para salir de la crisis

La grave crisis por la que atraviesa la industria del biodiésel en España dura ya varios años. En realidad, se podría decir que nunca ha disfrutado de una época dorada. Se trata de una industria relativamente joven, ya que la mayoría de las poco más de 50 plantas que existen actualmente en España comenzaron a funcionar hace menos de una década.

Sin embargo, ni la directiva europea de promoción de los biocarburantes de 2003, ni la obligación de consumo de este tipo de combustibles -que en el caso del biodiésel ha bajado del 7 al 4,1 por ciento desde febrero-, ni la exención fiscal del Impuesto sobre Hidrocarburos -que expiró el 31 de diciembre de 2012-, han conseguido levantar el vuelo de un sector que ha sufrido varios reveses a lo largo de estos años.

Hablamos de las importaciones desleales de biodiésel procedentes de Estados Unidos primero, y de Argentina e Indonesia después que, durante varios años, han copado el mercado español, lo que ha provocado importantes descensos en la producción y ha puesto en una difícil situación a muchas de estas empresas, algunas de las cuales se encuentran en concurso de acreedores y procesos de regulación de empleo.

Fuente: Biodiésel
El caso de Estados Unidos comenzó en el año 2007, cuando las importaciones de biodiésel subvencionado procedentes de este país se hicieron con el 50 por ciento del mercado español. En el primer semestre de 2008 coparon más del 60 por ciento, un porcentaje que se incrementó meses después, hasta que en marzo de 2009, la Comisión Europea aprueba la obligación de pagar derechos antidumping y antisubvención (aranceles) a las empresas estadounidenses que exporten biodiésel a Europa debido al perjuicio tan importante sufrido por la industria europea, especialmente la española.

La medida fue bien acogida por el sector; sin embargo, la ausencia de un marco estructural de defensa de la industria nacional contra la competencia desleal, reiteradamente reclamado por el sector, vaticinaba que España podría convertirse en destino preferente de otros países, como así ha ocurrido poco después con Argentina e Indonesia.

De acuerdo con los datos oficiales de la Comisión Nacional de la Energía (CNE), las importaciones desleales de biodiésel procedentes de estos dos países coparon el 76 por ciento del mercado español en 2012, lo que conllevó a un descenso de su producción de un 31 por ciento respecto a 2011, situándose por debajo de las 500.000 toneladas.

Se trata de una práctica por la que estos países aplican un sistema de tasas diferenciales a la exportación (TDE) mediante las que gravan en menor medida el biodiésel que las materias primas utilizadas para su fabricación, lo les otorga una ventaja competitiva artificial que distorsiona el comercio internacional y que ha llevado a la parálisis absoluta a más del 80 por ciento de las plantas de biodiésel en España.

La Unión Europea, al igual que sucedió con Estados Unidos, y después de la investigación pertinente, ha impuesto, desde el pasado 27 de noviembre, unos aranceles antidumping definitivos a la entrada de biodiésel argentino e indonesio que oscilan entre los 216 euros y los 245 euros por tonelada en el caso de Argentina y entre 76 euros y 178 euros por tonelada para las importaciones procedentes de Indonesia.

?A pesar de las medidas, el daño de estas prácticas comerciales ilegales ya está hecho y, además, no se trata de una solución para toda la vida?, explica Manuel Bustos, director de Appa Biocarburantes. ?Los derechos antidumping de EEUU acaban a mediados del año que viene y, además, estamos empezando a observar que hay países como Malasia y Brasil que quieren ocupar el lugar de Argentina e Indonesia?.

Cantidades asignadas para la producción

Una de las peticiones más demandadas por el sector es la asignación de las cantidades de producción de biodiésel por parte de la Administración, un proceso que acumula retrasos, pero que consideran imprescindible para ?la supervivencia de un sector industrial ya muy castigado por la inacción e inseguridad regulatoria?, afirman desde la sección de Biocarburantes de Appa.

Transcurridos nueve meses desde la convocatoria del procedimiento, el Ministerio no ha aprobado aún la resolución de asignación definitiva, pese a que la Orden reguladora del procedimiento le obligaba a hacerlo antes del 8 de agosto del presente año, fecha en la que salió la propuesta de resolución provisional que apuntaba que el cómputo de la asignación se iniciaría el 1 de enero de 2014.

Manuel Bustos, en nombre de la Asociación, exige que ?se respete la fecha del 1 de enero, ya que cuando el Ministerio indicó que se iba a poner en marcha a principios de 2014 las plantas empezaron a prepararse.

Algunas, que estaban en un ERE temporal lo han suspendido, han vuelto a contratar y a hacer aprovisionamientos de materia prima para empezar a principios del año que viene, lo que les ha supuesto un gran esfuerzo?

Lo último que ha visto la luz, con su publicación el pasado 6 de noviembre, en el Boletín Oficial del Estado (BOE), es la Resolución con la propuesta de lista definitiva de las plantas y la cantidad de toneladas de biodiésel que podrán producir para el cómputo del cumplimiento de los objetivos obligatorios de biocarburantes.

De las 107 solicitudes que se presentaron en febrero pasado, sólo 42 han sido admitidas, de las cuales 27 corresponden a empresas españolas, que suman 3,2 millones de toneladas, y 15 a empresas europeas procedentes de Alemania, Italia, Reino Unido, Portugal, Letonia y Países Bajos, con 2,3 millones de toneladas asignadas, lo que suman, en total, el máximo de 5,5 millones de toneladas anuales propuesto por un periodo de dos años, prorrogable por dos años más.

Por otra parte, hay 30 plantas que han sido desestimadas por diversos motivos y un total de 35 que, aun habiendo aportado toda la información requerida, se han quedado sin asignación, entre las que se encuentran tres plantas argentinas y dos indias que, según el Ministerio, no cumplían con los requisitos exigidos.

Pero también hay un dato a tener en cuenta y es, que de las cincuenta plantas de biodiésel que hay en España, un total de 10, que suman 500.000 toneladas, ni siquiera presentaron solicitud de asignación en febrero pasado, lo que es un claro indicativo de los problemas por los que atraviesa el sector.

Otras 12 plantas españolas -que suman 800.000 toneladas-, sí presentaron la solicitud, pero no han sido admitidas porque algunas de ellas estaban en concurso y tenían deudas con la Seguridad Social o Hacienda, hechos que no les han permitido seguir adelante.

Por tanto, casi la mitad de las plantas ?se van a quedar fuera de juego cuando finalice el proceso de asignación ya que el biodiésel que produzcan no se va a poder computar para el cumplimiento de la obligación en España y siendo éste su mercado natural, van a quedar en estado muy precario. La asignación no te impide producir y vender en España o fuera del país, lo que sí te impide es que lo que vendas compute para el cumplimiento de la obligación?, explica Bustos.

Los 5 millones de toneladas asignadas va a provocar que exista una enorme competencia entre las empresas que, finalmente, queden dentro del proceso de asignación, ya que la demanda será menor que la capacidad productiva. Apunto de finalizar el año, ?creemos que no superaremos las 600.000 toneladas y, para 2014, podríamos estar hablando de una cifra cercana a las 900.000?, vaticina el director de Appa Biocarburantes.
Fuente: El Economista

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